Es la otra playa famosa de Samui. Quizás algo más tranquila y pequeña que Chaweng, pero también con muchísimos hoteles, restaurantes, tiendas y vida nocturna. La arena es de un color tostado y, al no estar protegida por la barrera de coral, las aguas no están tan tranquilas ni cristalinas como en Chaweng, así que después de haber estado en la otra, os parecerá poca cosa. Merece la pena como mucho dar una paseo por la playa y bajar hacia el sur, dónde está la siguiente visita. Acceder a ella es bastante complicado (podéis hacerlo por una zona pública de restaurantes que hay a la altura del McDonalds, girando a mano izquierda), así que os la podéis saltar sin ningún problema.