Este pequeño templo se sitúa a unos 20km al norte del recinto principal (1- 1,5h en tuk tuk). El camino es muy bonito y el templo, además de precioso, es diferente a los demás, por lo que merece mucho la pena llegar hasta él. Dedicado al dios hindú Shiva, dicen que fue construido por mujeres en el siglo X. Para su construcción se utilizó una piedra de arenisca rojiza en la que se grabaron relieves y esculturas con sorprendentes detalles.