Breve descripción: aunque de lejos pueda parecer un pelo hortera y extravagante, muchos de vosotros quedaréis enamorados del Palacio da Pena a medida que os vayáis acercando a él y apreciando sus detalles. Hoy convertido en un castillo de cuento de hadas, cuesta creer que este palacio era antiguamente un monasterio de frailes. Estos lo abandonaron en el siglo XIX para transladarse a Belem y fue entonces comprado por Fernando II, quien contrató a un arquitecto alemán para reformarlo y convertirlo en la residencia de verano de la familia real. El resultado fue una mezcla de diversos estilos arquitectónicos: torres góticas con motivos mudéjares y manuelinos, mobiliario barroco en su interior... un estilo absolutamente ecléctico que nos encanta. Tanto si llegáis en autobús como en coche, os dejarán en la puerta de entrada al recinto, donde está la taquilla, y desde aquí tendréis que subir hasta el palacio caminado por el parque. El paseo merece la pena, aunque si no queréis caminar tanto, podéis tomar el microbús que os sube hasta la puerta del palacio (3€). En cualquier caso, merece la pena hacer por lo menos la bajada a pie para disfrutar de los jardines. Repecto a la audioguía (3€) es para nosotros prescindible, ya que los paneles informativos que hay en el palacio están muy bien explicados.
Qué no os podéis perder: una vez pasada la entrada, llegaréis a la espectacular Puerta Monumental, que da paso al Puente Levadizo y al Túnel de entrada, inspirado en el sistema defensivo de los castillos medievales centroeuropeos. Al final de esta subida llegaréis a la Terraza del Tritón, por donde se encuentra la entrada al Palacio. Aquí no dejéis de fijaros en la Ventana de Tritón, soportada por dicha deidad, y sobre todo en los detalles marinos que decoran este arco, como la concha de ostra o los corales. Por este arco accedéis al Patio de los Arcos, con unas espectaculares vistas al parque natural. Aquí destacan las diferentes puertas del palacio, y los detalles marineros de la fachada, como el cabo de barco que la decora. A mano derecha podréis acceder al Camino de Ronda. No tenemos palabras para explicar la sensación de caminar por esta estrecha cornisa, es como estar en Juego de Tronos haciendo la guardia para defender el muro! Desde aquí la vista del Castelo dos Mouros es impresionante. Ya de vuelta, ingresar en el Palacio que sigue decorado hasta el último detalle. Nos encanta todo, pero especialmente los Aposentos Reales (bañeras y retretes incluidos), el mobiliario tallado en madera y el Salón Árabe, en el que los frescos del techo engañan a más de un ojo. Cuando salgáis de palacio,comenzar a bajar por los jardines. Os podríais pasar el día entero en el parque, pero os recomendamos simplemente bajar hacia el Vale dos Lagos y salir por al Entrada dos Lagos.
Duración de la visita: 2h.
Horarios: 10.00-19.00 abril a septiembre / 10.00-18.00 octubre a marzo.
Coste: 11,50€ el parque y el palacio (recomendado). 3€ transfer hasta el palacio. Descuentos para jóvenes y jubilados, gratis menores de 5 años.
Cómo llegar: tomar el autobús nº 434 de la compañía Scotturb (15min - 5,50€ comprando a bordo el circuito da pena que es de ida y vuelta). La parada está saliendo de la estación de tren, a mano derecha (también hay una parada en la oficina de turismo en el centro histórico).