Dicen que es la primera pastelería que empezó a vender los famosos dulces lisboatas, y que lo hacen siguiendo la receta original de los monjes del monasterio, así que a la salida de la visita, podéis hacer una parada y probar uno de sus Pasteles de Belém (Rua Belém 84-92). Primero tenéis que pagar en la cola de la derecha (1.05 € unidad) y después recogerlo en el mostrador de la izquierda. Si hay una cola muy larga no vale la pena que esperéis, porque la verdad, saben como en todos sitios. Pero por lo menos echad un vistazo al local que eso sí merece la pena (de lunes a domingo de 8.00 a 23.00)