Saliendo de la plaza Dam por donde está el monumento Nacional, os adentraréis en el Barrio Rojo (Rosse Burt). Está situado en pleno centro de Ámsterdam entre las calles Warmoesstraat, Zeedijk, Nieuwmarkt, Kloveniersburgwal y Damstraat.
Toma su nombre del color de las luces que iluminan los escaparates donde se exhiben las prostitutas (la prostitución en Holanda está completamente legalizada dentro de unas zonas designadas).
Esta zona es comúnmente conocida como «De Wallen» en referencia a los muelles (wal) de dos canales que lo cruzan. Aunque a veces cueste fijarse entre tanto neón de color rojo de los escaparates de prostitutas y las luces de los innumerables sex shops y sexual shows, es una preciosidad de barrio por sus casas, puentes y canales.
Si subís hacia el norte por Oudezijds Voorburgwal, os encontraréis con una imagen sorprendente: una gran iglesia metida en el mismísimo Barrio Rojo, Oude Kerk. Desde la calle que la rodea, saliendo por Sint Annendwars Straat, podéis llegar a alguno de los callejones con más escaparates del barrio, como es Trompettersteeg. Las prostitutas saben que son una atracción turística, así que no hay problema en que las miréis incluso si sois mujeres. Ahora bien, mejor abstenerse de hacerles fotos, quedarse mirándolas fijamente o gastarles bromas pesadas.
El canal paralelo a Oudezijds Voorburgwal, que se llama Oudezijds Achterburgwal, también está bastante animado por si queréis alargar un poco más el paseo.
Toma su nombre del color de las luces que iluminan los escaparates donde se exhiben las prostitutas (la prostitución en Holanda está completamente legalizada dentro de unas zonas designadas).
Esta zona es comúnmente conocida como «De Wallen» en referencia a los muelles (wal) de dos canales que lo cruzan. Aunque a veces cueste fijarse entre tanto neón de color rojo de los escaparates de prostitutas y las luces de los innumerables sex shops y sexual shows, es una preciosidad de barrio por sus casas, puentes y canales.
Si subís hacia el norte por Oudezijds Voorburgwal, os encontraréis con una imagen sorprendente: una gran iglesia metida en el mismísimo Barrio Rojo, Oude Kerk. Desde la calle que la rodea, saliendo por Sint Annendwars Straat, podéis llegar a alguno de los callejones con más escaparates del barrio, como es Trompettersteeg. Las prostitutas saben que son una atracción turística, así que no hay problema en que las miréis incluso si sois mujeres. Ahora bien, mejor abstenerse de hacerles fotos, quedarse mirándolas fijamente o gastarles bromas pesadas.
El canal paralelo a Oudezijds Voorburgwal, que se llama Oudezijds Achterburgwal, también está bastante animado por si queréis alargar un poco más el paseo.