Esta calle de 130 metros de largo, construida en el siglo XIII, es un auténtico ejemplo de la Villefranche-sur-mer medieval. Situada a lo largo de la primera muralla, la calle fue construida para proteger al pueblo durante los bombardeos. Si continuáis por la Rue Baron de Brés hasta el final y giráis a la derecha, encontraréis la única puerta de entrada que todavía se mantiene (el Portal Robert).