Montmartre es uno de los corazones históricos de París, con sus callejuelas y su ambiente de pueblo que le han dado el apelativo de "El barrio de los pintores". A finales del siglo XIX adquirió muy mala fama por la cantidad de cabarets y burdeles que inundaban sus calles, pero gracias a los pintores (que lo consideraban un barrio encantador) se fue convirtiendo poco a poco en el barrio bohemio que es hoy (la parte alta es la más encantadora, la zona más cercana a la Plaza Pigalle está llena de luces de neón anunciando infinitos sex-shops y algunos cabarets entre los que destaca especialmente el mítico Moulin Rouge).
De la Basílica del Sacre Coeur, dirigiros callejeando hasta la encantadora Place du Tertre. Si queréis huir de los turistas caminar un poco como a la derecha de la plaza hasta la Place du Calvaire, donde se encuentra el encantador Chez Plumeau, donde podéis tomar algo tranquilamente.
De aquí, comenzar a bajar hacia la Rue Norvins, Place Jean-Baptiste Clément, la Rue Ravignan, la Place Emile Goudeau, la Rue Garreau, la Rue Tholozé, y ya tomar la Rue Lepic que lleva hasta el famoso Moulin Rouge. En el número 20 de la Rue Lepic tenéis una quesería muy famosa donde podréis encontrar todos los quesos típicos de Francia.