Dejar el coche en el parking du Chemin des Pecheurs (veréis indicaciones para llegar) y tomar el ascensor que os llevará directamente al casco antiguo de Mónaco, desde donde disfrutaréis de unas magníficas vistas del principado.Nada más salir veréis, colgando directamente del acantilado (a unos 85 metros sobre el nivel del mar), el impresionante Museo Oceanográfico. Fue el príncipe Alberto I, abuelo del actual príncipe y un apasionado del mar, quién lo inauguró en el año 1910. Su fachada es una maravilla, pero la entrada es bastante cara (14€) y tampoco merece mucho la pena dedicarle tiempo al interior en una visita tan corta.
Desde aquí, deberéis tomarla Via Alpina, camino que os llevará al costado del mar por unos maravillosos jardines. Al final de todo veréis un pequeño puerto de recreo a mano izquierda y un caminillo a mano derecha que os llevará hasta el Palacio Real.