Después de comer, no dejéis de callejear por las peatonales que hay entre Rue de la République y Rue de Fersen. Caminar hasta el final de la Rue de Fersen, girar a la derecha en James Close y tomar callejuelas más tranquilas como laRue Brûlée, un remanso de paz, hasta llegar al Museo Picasso (el antiguo castillo Grimaldi). Picasso, que pasó largas temporadas en la ciudad de Antibesdesde 1946, utilizó el castillo como taller. Detrás, encontraréis un mirador con fantásticas vistas a la bahía.
Desde aquí, avanzar un poco hasta la Place Mariejol, en la que se encuentra la pequeña Catedral. De toques marineros, destacan las vidrieras del altar que dejan entrar una luz natural muy agradable.
Desde aquí tomar la Rue Saint Esprit para desembocar de nuevo en el Mercado Provenzal. Desde aquí podéis dar un paseo por el puerto antes de coger el coche, o tomar un café en el Felix Café; ninguna maravilla, pero el único bar de la ciudad con vistas al Fort Carré.