Es la antigua capital de la Provenza y una auténtica joya del viaje. No esperéis encontraros grandes monumentos, pero sí una ciudad encantadora con mucho ambiente y mucha vida. El centro está lleno de terracitas agradables en las que la gente charla, come algo o se para a descansar. El casco antiguo está muy bien cuidado y lleno de callecitas por las que apetece perderse y pasear. Librerías, tiendas, comercios Aix en Provence está llena de sitios en los que dejarse caer y comprar algún que otro detalle. Una de sus peculiaridades son las fuentes, que se encuentran en todas las plazas. No por casualidad se la llama la ciudad de las fuentes.