Este encantador barrio de calles empedradas, se encuentra al otro lado del río Guadalquivir. Cuna de toreros, cantaoras y cantaores, folclóricas y mucho baile flamenco, Triana vivió siempre del río. Este pueblo históricamente marinero fue una de las principales canteras de reclutamiento para los barcos que iban a conquistar el Nuevo Mundo. Hoy es un gran barrio para salir a cenar e ir de copas. Se puede llegar caminando, cruzando por el puente de San Telmo o por el de Santa Isabel (Triana).