Lo mejor de todo San Sebastián es recorrer la bahía por el Paseo de la Concha y y la Playa de Ondarreta hasta llegar al Peine de los Vientos. Os recomendamos recorrerla entera por el paseo, ir a ver El Peine de los Vientos, subir al Monte Igueldo con el funicular y ya de vuelta subir al Palacio de Miraconcha para ver las vistas de la ciudad y volver al centro por la Avenida de Miraconcha (1h30min ida y vuelta sin contar con la subida al monte).
La playa de la Concha es probablemente la playa urbana más famosa de todo el país. Su peculiar forma, las enormes subidas y bajadas de la marea y sobretodo la belleza de las barandillas y farolas de su paseo marítimo la convierten en una de las playas más bonitas del mundo. Los días de verano está llena de gente que se acerca a la playa a tomar el sol y refrescarse, pero durante todo el año pueden verse bañistas, sobretodo de la tercera edad, llueva o haga un frío que pela. Por eso dicen que un baño al día en La Concha es fuente de juventud.
A mitad del Paseo de la Concha encontraréis La Perla, hoy convertido en un moderno centro de talasoterapia que antes hacía de balneario para la clase alta donostiarra. En él, podéis encontrar dos agradables cafés con terrazas con vistas a la bahía. El Café de la Concha ofrece desayunos por 4-5€ y la terraza de La Perla Café es más tipo hamburguesería (hamburguesas 5€). Los refrescos cuestan en ambos 2,40€.
Justo sobre el paso de la playa de la Concha a la de Ondarreta veréis el Palacio de Miramar, palacio de estilo inglés construido en 1893 por encargo de la Reina María Cristina (esposa de Alfonso XII) quien trasladó aquí la corte de veraneo de la Casa Real española. Hoy es de propiedad pública y tiene unos bonitos jardines a los que merece la pena subir para obtener unas preciosas vistas de la ciudad. Hacedlo mejor a la vuelta ya que desde ellos se accede al Paseo de Miraconcha por el que podéis volver al centro usando otro camino y observando más de cerca las preciosas casas de este barrio.
Ondarreta, ha sido durante años la playa más "in" de San Sebatián. Frecuentada a principios del siglo pasado por los diplomáticos, era la única playa donde se permitía ir en bikini, lo que la convertía en centro del ligoteo donostiarra. Hoy sigue siendo una playa muy chic aunque al tener piedras en la orilla, el baño no es tan cómodo como en La Concha o Zurriola.
Al final de Ondarreta siguiendo la costa encontraréis el paseo de Eduardo Chillida y al final del mismo, lindando con el mar, su famosa obra el Peine de los vientos.