La Catedral Nueva fue construida entre los siglos XVI y XVIII básicamente en dos estilos: gótico tardío y barroco. En un principio se pensó derruir la vieja, pero la mantuvieron abierta al culto mientras se realizaba la construcción de la nueva. Finalmente al terminar las obras decidieron dejarla en pie.
Aunque la mayor belleza se encuentra en toda la fachada de la catedral (recomendamos darle la vuelta entera) merece la pena una visita al interior para ver su espectacular cúpula barroca, que con 80 metros de altura, produce una impresión de grandiosidad.
En la puerta de Ramos (frente al Palacio de Anaya), puede observarse la anacrónica figura de un astronauta esculpida en el flanco izquierdo. Con motivo de la exposición Las Edades del Hombre en el año 1993, se decidió restaurar la Puerta de Ramos, muy deteriorada por el paso del tiempo. Durante esta restauración, el astronauta fue labrado en piedra en 1992 por el cantero Miguel Romero, siguiendo la tradición de incorporar un elemento contemporáneo en cada restauración. Hace poco en septiembre de 2010 apareció con el brazo derecho roto objeto de un acto vandálico.
Debajo del astronauta se encuentra un lince, a su derecha un toro, debajo del toro se puede ver un dragón con un helado de tres bolas que está sonriendo (este elemento hace referencia a los estudiantes). Más a la derecha, junto a la puerta, hay tres figuras: un cangrejo de río, una cigüeña y una liebre que representan en Salamanca el agua, el cielo y la tierra respectivamente.
Os recomendamos dar toda la vuelta a la Catedral., Si lo hacéis podréis acceder al Huerto de Calisto y Melibea por la calle Arcediano, pero aunque no merece la pena visitarlo.