Subiendo por la calle de San Pablo, llegaréis hasta la plaza del Concilio de Trento, desde la que podréis admirar el espectacular Convento de San Estaban y el más discreto Convento de las Dueñas. Se puede entrar en ambos, si bien nosotros preferimos la vista exterior del primero (la entrada al interior cuesta 3€) y entrar en el claustro del segundo (2€), una obra cumbre del renacimiento salmantino y auténtico remanso de paz. En éste último además, podéis encontrar una tienda para comprar los típicos dulces elaborados por las monjas. Los más típicos los Bocaditos (mazapán con cabello de ángel) y los Amarguitos (dulce de almendras). Algo caros, eso sí (9€ la cajita). Abierto de 10.30 a 12.45 y de 16.30 a 17.30. Cerrado los domingos y festivos.