Seguid caminando por Oficios y girar a la derecha en Muralla, que lleva directamente a la Plaza Vieja. Construida a mediados del siglo XVI, fue desde el principio una plaza muy comercial, donde ricos mercaderes se hicieron construir hermosas mansiones que aún pueden ser observadas. Un ejemplo es la mansión del Conde de Jaruco (hoy Fondo de Bienes Culturales), que destaca por sus columnas y vidrieras.
Si os apetece tomar algo a estas horas, es muy recomendable La Taberna de la Muralla, donde sirven jarras de cerveza enormes (6 CUC). Y si tenéis hambre, buenísimas las brusquetas de chorizo, que son unas rebanadas de pan tostado untadas con una especie de sobrasada (3 rebanadas 1 CUC).
Merece la pena dar un paseo por todas las callejuelas que rodean esta plaza. Si bajáis por la calle Sol hacia el mar, podréis ver el Museo del Ron (abierto de lunes a viernes de 09.00 a 17.00 y sábados y domingos de 10.00 a 16.00, 7 CUC con guía). Al entrar hacen visitas guiadas que explican el proceso de elaboración del ron, pero la verdad, deja bastante que desear.