El pueblo de Atins (si es que se le puede llamar así) es uno de los lugares más recónditos de Brasil. Aunque un poco desolado, merece la pena dar una vuelta por sus curiosas calles, ir a la playa del río y desde aquí seguir caminando hacia las playas del océano. Será de los sitios de Brasil en que menos turistas encontraréis. Es un lugar para olvidarse de todo y disfrutar de la tranquilidad y la solitud. ¡Aprovechadlo!