Por la noche el Pelourinho parece el centro abandonado de alguna capital africana sin nombre y sin ganas de seguir peleando. Hasta los maleantes se mueven a cámara lenta, la mayoría por culpa del crack que les ha sacado hasta las ganas de robar. Por eso parecen más una panda zombies perdidos que no chorizos a punto de levantarte la cartera. A pesar de ello, más vale no moverse demasiado ni meterse por ninguna calle en la que no haya ningún otro turista.
Para cenar hoy os recomendamos ir a la Rua J. Castro Rabelo y sentaros en alguna de las tres terrazas que veréis. Para llegar, tomad la Rua das Portas do Camu que sale del Largo Terreiro de Jesús (una de las dos plazas del Pelourinho, ésta es la de la Iglesia y Catedral) y es la primera a mano derecha.
El primer restaurante es el Mamá Bahía. Os lo recomendará todo el mundo y la verdad es que no le podréis encontrar más pega que estar demasiado bien decorado. El precio, sin ser exagerado, no deja de ser el doble del de sus vecinos. Por eso, pagar 15 euros por un plato que tampoco es nada del otro mundo cuando al lado te llenarás la panza por la mitad, no es plan. Por eso acaba siendo el más vacío de toda la calle, aunque hay que reconocer que su comida es la mejor. Si os animáis, la Picanha da chapa (filete de carne, 38R$) está muy buena. Si no, seguid con alguno de los dos siguientes: el Cravo & Canela o el Negro's.
El Negro's es más restaurante y se nota la mano femenina de su camarero. Aquí os recomendamos la Moqueca de Peixe (30-35R$). Suficiente para 2 personas.
En el Cravo & Canela os haréis unas risas con el maitre jamaicano. No os compliquéis la vida porque no son unos grandes cocineros. Pedir un frango a la milanesa (pollo rebozado, 30R$), que acompañan con batata frita y es suficiente para 2 personas.
Pero si no queréis gastaros más de 2€, en el Largo Terreiro de Jesús encontraréis un par de barbacoas callejeras con pinchos de carne a 5R$. Sabrosos están aunque hay que decir que huelen mejor que saben.